Todos alguna vez en la vida hemos probado los pimientos de padrón ya que es algo muy habitual en todos los bares de España pero, sobre todo, es junto al pulpo, uno de los platos más importantes en la cocina gallega.  Puedes comértelos de un bocado, acompañados con huevo o con pescado, pero siempre van fritos.

Todo lo que rodea a este fantástico plato está lleno de historias y mitos sobre sus orígenes, incluso sobre la forma de comerlos.

¿Pican todos? ¿No pica ninguno?

La eterna pregunta sobre los pimientos de padrón.  La planta de la que proviene este pimiento tan peculiar produce pimientos dulces y pimientos picantes, pero no hay que temer, el porcentaje de los que verdaderamente pican es muy bajo en comparación con los que son más dulzones.

Si tienes buen ojo, podrás descubrir en el mismo plato cuales son los que verdaderamente pican por la forma que presentan, ya que es distinta a los dulces. Éstos tienen una mayor dureza y son los primeros en hacerse debido a que el picor hace que el  calor acentúe la parte blanquecina del interior del pimiento y se haga más rápido.

¿Con rabo o sin rabo?

Como ya hemos dicho el pimiento se presenta frito y con rabo, aunque éste no se coma. El hecho de que no se quite proviene de la propia comodidad, para poder comerlo de manera más sencilla. Sin embargo, expertos alegan que no quitarlo es un error, ya que puede provocar que el propio aceite se amargue.

El origen del pimiento de padrón

Para la marca de denominación de origen Herbón, ellos fueron los pioneros en el origen de este exquisito plato. La historia de los Herbón narra que fue un convento de Franciscanos los que los cultivaban para que los vecinos de la zona pudieran combatir el hambre durante la Guerra Civil. Fue así cuando empezó a popularizarse por su sabor entre los gallegos y años más tarde se empezó con la venta al público hasta que llegó a la popularidad de la que goza hoy en día en todos los lugares de España.

 

Hay otras formas de cocinar los pimientos de padrón además de frita, en A Coruña se preparan en empanada, en una brocheta con ternera o incluso en tempura. ¿Cómo te gustan más los pimientos?  ¡Déjanos un comentario!