Son muchas las historias que se cuentan a lo largo y ancho de los caminos que llevan a Santiago, tantas que resulta complicado recopilarlas en unas simples líneas. Desde hace muchos años atrás, las leyendas y los mitos pueblan cada rincón de Galicia para dar vida a personajes y seres misteriosos que acompañan a los peregrinos en su trayecto.
Lo cierto es que resulta muy sencillo que todos estos relatos acaben conviviendo en el imaginario de todo aquel que decide emprender el Camino de Santiago. Los paisajes de cuento, el verde que rezuma en cada rincón, las antiguas piedras de cada pequeña iglesia o puente, son el marco perfecto para que el peregrino sienta que realmente las leyendas están vivas y que perduran en el tiempo gracias a aquellos que las conservan y transmiten con tanto cariño a todo aquél que se preste a escucharlas.
Seres de la mitología gallega
A la verde Galicia le acompaña su propia mitología, repleta de seres mágicos que habitan sus bosques, algunos son tan terroríficos como interesantes. ¿Quién no ha escuchado alguna vez la frase “eu non creo nas meigas, pero haberlas, hailas”? Las meigas son los personajes más conocidos de la mitología gallega, su poder consiste en hacer el mal en animales y personas, pudiendo hacer que enfermen o que pierdan su cordura por la simple razón de que está en su naturaleza.
Pero existen figuras menos conocidas e igualmente aterradoras como los diaños. Éstos son pequeños demonios a los que les encanta asustar a los peregrinos y desorientarlos, se convierten en animales o en bebés y emiten sonidos o luces misteriosas para aterrar al caminante.
Otro de los seres que más nos fascinan son los mouros y que no nos queríamos dejar en el tintero, son enormes y tienen muchísima fuerza. Viven bajo tierra en lujosos palacios donde guardan sus riquezas, se dice que son antropófagos…
Milagro de Leboreiro
La leyenda dice que muy cerca de la iglesia de Leboreiro, en Mellid, había una fuente que se iluminaba cada noche, de la cual emanaba una delicada fragancia floral durante el día.
Los vecinos del pueblo pensaron que debía provocarlo algo sobrenatural, así que, cavaron alrededor de la fuente y, para su sorpresa, toparon con una imagen de la Virgen María que decidieron llevar al templo. Al caer la noche, la imagen se desvaneció de donde la habían colocado y volvió a la fuente. Así sucedió todos los días, hasta que un artista esculpió esa imagen en el tímpano de la iglesia dejándola para siempre grabada en la iglesia.
La sombra del peregrino
Se trata de una de las historias más conocidas del Camino de Santiago. Esta leyenda cuenta que existe una sombra que acompaña al peregrino durante todo su camino, y que se puede sentir su presencia en los tramos más difíciles; sin embargo, sólo se puede ver en Santiago, en la Plaza de A Quintana. Al caer la noche, cuando se encienden las farolas de la plaza, se vislumbra en la base de la Torre del Reloj, junto a la Puerta Santa.
Hay muchas teorías que cuentan el porqué de esta sombra, la más extendida habla de un sacerdote de la Catedral que se enamoró de una monja de clausura, ambos se reunían a través de un pasadizo que había bajo la escalinata de la A Quintana. El tiempo pasaba y el sacerdote se cansó de la situación, así que le propuso a su amada huir juntos. Se citaron al anochecer en la plaza, él se vistió de peregrino medieval para ocultar su identidad y la esperó largas horas, pero ella jamás apareció. Desde entonces, noche tras noche, la sombra del enamorado acude en busca de su amada, puntual a su cita.
Sin duda las leyendas galegas consiguen atrapar a todo aquél que las escucha, pero vamos a dejar para otro día la segunda parte. ¿Conocéis vosotros alguna leyenda del Camino de Santiago?