Cuando hablamos de Pulpo a la Gallega estamos hablando de Galicia y su gastronomía. Se trata de un plato capaz de transportarte a las casas y pulperías de nuestra querida tierra. Aunque su preparación se haya extendido a lo ancho y largo del país, y es que no hay paladar que se resista a su exquisito sabor, es en Galicia donde su elaboración se remonta a los años en los que se debía secar el pulpo (al igual que se seca el bacalao) para poder transportarlo y conservarlo sin que corriera el riesgo de ponerse en mal estado.
Un pasado maragato
Ya en la antigua Grecia acostumbraban a desalar el pulpo considerándolo como uno de sus más deliciosos manjares, no en vano era el protagonista de numerosos de sus mosaicos. Ellos, los griegos, lo cocinaban con perejil y una salsa anaranjada que vertían por encima. Sin embargo, la receta que se elabora actualmente no llegaría hasta que los maragatos, procedentes de la provincia de León, empezaron a comer el pulpo seco con aceite de oliva y pimentón.
El pulpo a feira es llamado de esta forma por su origen en las ferias de los maragatos que volvían de las tierras gallegas con pulpo seco. De hecho, este era uno de los escasos productos marinos que viajaban hacia la meseta, lo rehidrataba con aceite de oliva y sazonaba con su pimentón. Era esta la mejor forma de conservar el alimento durante el viaje, aparte de que el pulpo seco era más asequible, el pimentón también tenía su papel fundamental en su conservación.
Poco tardó en llegar a las ferias de Galicia este modo de preparar el pulpo, hoy en día sin necesidad de secado, pues las cámaras frigoríficas se encargan de conservarlo. Con más de ciento cincuenta años de tradición culinaria a sus espaldas, el pulpo se hervía y condimentaba con pimentón, sal gorda y un buen chorro de aceite de oliva virgen. Para acompañarlo, finalmente, se añadía una patata hervida como guarnición. Es en ese último detalle donde reside la diferencia entre el pulpo a la gallega y el pulpo a feira.
Así que, cuando degustas un buen plato de Pulpo a la gallega estás saboreando años de tradición culinaria que se transmite de generación en generación. En la Pulpería A Garnacha sabemos de primera mano que sólo los años de experiencia y el respeto por la cocina tradicional sirven en la mesa las más tiernas rodajas de pulpo.
¡Que aproveche! 😉